El smishing es una forma de estafa o engaño que combina las palabras “SMS” (mensajes de texto) y “phishing” (suplantación de identidad). Es básicamente un ataque de ingeniería social que se vale de los mensajes de texto para robar información personal y datos confidenciales.
Funciona así: recibes un mensaje de texto que aparenta ser de una empresa legítima, como un banco, una compañía de servicios o una tienda conocida. Este mensaje suele contener un enlace o número de teléfono e insta al usuario a llamar o hacer clic en ese vínculo, supuestamente para actualizar datos, verificar cuentas o resolver un problema urgente.
Sin embargo, ese enlace o número de teléfono en realidad conduce a una trampa diseñada por los estafadores. Si llamas o haces clic, te encuentras en un sitio web o sistema de voz falso pero muy bien diseñado para parecer real. Allí te pedirán ingresar información personal como nombres de usuario, contraseñas, números de tarjetas de crédito u otros datos sensibles.
En esencia, el smishing es una táctica maliciosa que aprovecha la naturaleza informal y la confianza que tenemos en los mensajes de texto para engañarnos y robarnos información valiosa. Es una forma de phishing, pero que usa los SMS en lugar de correos electrónicos.
Por eso, es importante estar alerta y desconfiar de cualquier mensaje que pida datos personales o financieros, sin importar lo convincente que parezca.
Adoptemos estas medidas de seguridad en nuestras actividades diarias para protegernos contra el Smishing:
El smishing representa una amenaza creciente en el mundo digital, y es crucial que los usuarios estén al tanto de sus tácticas y sepan cómo protegerse. Al adoptar medidas de seguridad como desconfiar de mensajes que soliciten información personal o financiera, no hacer clic en enlaces de remitentes desconocidos, verificar la identidad del remitente y mantener los sistemas actualizados, podemos reducir significativamente el riesgo de caer en estas trampas maliciosas. Además, la educación y la concienciación sobre el smishing son fundamentales. Al compartir este conocimiento con familiares, amigos y colegas, contribuimos a crear una comunidad más segura en línea. Finalmente, al reportar cualquier intento de smishing a las autoridades correspondientes y a las compañías de telefonía móvil, podemos colaborar en la lucha contra esta forma de fraude digital, protegiendo tanto a nosotros mismos como a otros usuarios.